Michel de Montaigne
Michel Eyquem de Montaigne (Castillo de Montaigne, Saint-Michel-de-Montaigne, cerca de Burdeos, 28 de febrero de 1533, muere el 13 de septiembre de 1592) fue filósofo, escritor, humanista y moralista francés del Renacimiento, autor de los Ensayos y creador del género literario conocido en la Edad Moderna como ensayo. Su obra fue escrita en la torre de su propio castillo entre 1580 y 1588 bajo la pregunta "¿Qué sé yo?".
Montaigne vivió en una época caracterizada por los actos de violencia contra grupos religiosos concretos en Francia que terminan por convertirse en guerras de religión, ante la debilidad del poder real. Se enfrentan católicos contra reformistas, y nobles contra campesinos. Estas guerras comienzan tras el Mandato de San Germán en 1556 que permite el culto reformado. Ese mismo año tiene lugar la matanza de Vassy. Enrique II muere en 1559, le sucede Francisco II que muere a los dieciocho meses de reinado. Carlos IX es el heredero y sólo tiene once años cuando accede al trono, en 1560. Pero Enrique III, de origen navarro, protestante y pariente de Carlos IX, también tiene ambiciones políticas en Francia.
Se inicia una guerra civil por el trono entre partidarios de uno y otro: católicos y protestantes. La guerra alcanza su punto álgido hacia 1572; año de la matanza de San Bartolomé. Durante la guerra mueren todos los herederos católicos al trono de Francia y debe convertirse en rey un protestante, Enrique III, asesinado en 1589. Sube al trono su hijo Enrique IV, también protestante, pero invalida el protestantismo en 1593, y se restablece la paz civil. En 1598 concede el Decreto de Nantes, por el cual los reformistas tienen libertad de conciencia y de culto, y libre acceso a todos los cargos públicos.
Montaigne, es profundamente humanista, para él la educación tiene una importancia capital para el hombre, y precisamente por eso realizo una crítica demoledora a la educación de su época al considerar que el humanismo se había convertido en un dogma para convertirse en puro cultivo de la sabiduría.En su faceta educativa, propone la entrada al saber por medio del ejemplo concreto y de las experiencias, más que del conocimiento abstracto. Se rehúsa a ser él mismo un maestro de pensamiento, ya que afirma en su filosofía que hay que basarse en buscar una identidad. Este personaje se inclina por la educación individual sobre la escolar colectiva; y confía a un solo preceptor la tarea educativa.
Opinaba que conviene que lo que acaba de aprender el niño lo explique de diversas maneras y que lo acomode a otros tantos casos para comprobar si aprendió bien la enseñanza, hasta asimilarlo.
Para Montaigne la escritura es un medio para llegar al conocimiento.
Mantiene una serie de teorías que siempre retoma en sus Ensayos. El tema: la sabiduría. Ensayos es su obra maestra, que floreció después de 20 años de reflexión. Se trata de un modo de pensamiento crítico a la sociedad del siglo XVI, que abarca varios temas como los siguientes:
1 – Cada nueva idea es peligrosa.
2 – Todas las personas deben ser respetadas (humanismo).
3 – En la educación, debemos respetar la personalidad del niño.
Partidario del método socrático de preguntarse a si mismo para tratar de encontrar las respuestas adecuadas, considera que el preceptor no debe tanto dar conocimiento como ayudar a aprender. El preceptor debe observar atentamente el trabajo del alumno para adecuar su actuación a las ideas previas y necesidades de aquel. El alumno debe opinar, participar y juzgar sobre lo que se le enseña y debe elegir y llegar a conclusiones por si mismo, pero siempre bajo la tutela y dirección del preceptor y este a su vez debe cuidar de no alojar nada en la mente del niño por su mera autoridad.
Para Montaigne es fundamental que el alumno llegue a formarse un juicio propio: “propóngales esa diversidad de juicios y que el alumno elija, si puede, y quédese en la duda sino. Porque si el niño toma por suyas las opiniones de Jenofonte o de Platón, de ellos serán y no de él” (Montaigne. 1968: 106)
Huarte de San Juan
Humanista, médico y filósofo, nació en Saint-Jean-Pied-de-Port en 1529 y murió en 1588 en Baeza, ciudad de la que era médico vitalicio, por orden de Felipe II, desde 1566. Su nacimiento tuvo lugar en un momento histórico, particularmente difícil para las tierras de Ultrapuertos; Navarra había sido ocupada en 1512 e incorporada a Castilla en 1515. La Baja Navarra por su parte, había iniciado su andadura independiente bajo Enrique de Labrit y Carlos I había desistido de la idea de incorporarla a su imperio en 1530. En este marco histórico, la situación en que se encontraban los naturales de Ultrapuertos era verdaderamente difícil; frecuentemente eran objeto de discriminaciones por los navarros, a veces avaladas por las propias autoridades.
La fama de Huarte de San Juan se debe a una obra didáctica en la que destaca el examen de ingenios para la ciencia, publicado en 1575 en la misma ciudad de Baeza en la que residía. La obra pretende demostrar la existencia de una correlación entre la forma del cerebro y el tipo de inteligencia que cada persona manifiesta. Según este supuesto, el estudio de la estructura cerebral permitiría establecer una tipología de capacidades psíquicas (llamadas por él “ingenios”) en función de la cual se podría deducir cual es la ciencia o profesión para la que cada individuo está más capacitado.
En palabras del propio Huartes: cuatro condiciones ha de tener el cerebro para que el ánima racional pueda con él hacer cómodamente las obras que son de entendimiento y prudencia. La primera es, buena compostura, la segunda que sus partes estén bien unidas, la tercera que el calor no exceda el frialdad, ni la humedad a la sequedad, la cuarta que la sustancia esté compuesta de partes sutiles y muy delicadas. Huartes lo llama el principio de justicia distributiva que contribuiría a optimizar el desarrollo de la inteligencia “esto que tengo dicho, a lo menos no se puede negar, sino que hay ingenios determinados para una ciencia, los cuales para otras son disparatados. Y, por tanto conviene, antes que el muchacho se ponga a estudiar, descubrirle la manera de su ingenio y ver cuál de las ciencias viene bien con su habilidad”.
Cree Huartes que una aplicación continuada de su teoría derivaría en un mayor aprovechamiento de la formación de las sociedades que pronto se beneficiarían de un sistema de educación eficaz. No se limita a observar la constitución física del cerebro, sino que además valora como posibles condicionantes del desarrollo de las habilidades y personalidad del adulto factores tales como: el crecimiento, la educación, los agentes económicos y sociales, el clima, la alimentación del niño etc.
Nos encontramos entonces, con una de las primeras teorías organicistas, según la cual la cual la inteligencia podría ser medida y analizada en base a la fisionomía. Por este motivo Huarte ha sido considerado el precursor de la psicología aplicada, la psicología diferencia, la neuropsicología y la orientación profesional. Realizando también aportes a la sociología y la eugenesia (aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana).
Juan Figueroa
La parte que me llama la atención del Montaigne es el hecho que para la época (Siglo XIV) viese la importancia del proceso de aprendizaje, es decir el rol protagónico del niño y el énfasis en la praxis: no mera teoría sino al hacer el niño descubre y afianza... muy avanzado para la época!!
ResponderEliminarEn cuanto a Huarte de San Juan, su enfoque como médico lo lleva a hacer observaciones de orden fisiológico para darle fundamento al proceso de enseñanza aprendizaje. Tomando en cuanta sus consideraciones a nivel de la estructura cerebral dice que estas pueden ser fundamentales para las inclinaciones congnitivas de los niños al tener algún tipo de "predisposición" morfológica para el estudio de determinadas ciencias. Al parecer aún en pleno oscurantismo había atisbos de iluminismo!!!